En un mundo donde los
jóvenes viven pendientes del Facebook y del Twitter, como así también de otras
redes sociales, que a diario se crean en Internet, con formatos cada vez más
cautivantes y que integran fuertemente la dimensión lúdica y atraen también por
propiciar experiencias de realidad aumentada, la educación formal no debe ya
quedar ajena a esta realidad y causa una seria preocupación el observar que,
especialmente en la Educación Escolar Básica y la del Nivel Medio, se siguen
desarrollando clases sin hacer uso de las TIC, quedando las políticas oficiales
referidas a las mismas en un hermoso ideal, al que le falta fuerza para
arraigarse en la práctica docente.
(Isabella Tilch).
Introducción.
Hablar
de Tecnologías de la información y las comunicaciones es hablar necesariamente
de un proceso revolucionario en el plano de la ciencia y de la técnica sin
iguales en la historia humana. Algunos autores ha decidido asociar este
fenómeno histórico con una tercera revolución industrial (aunque de
características diferentes a las anteriores) de la que el Hombre ha logrado
extraer elementos tanto negativos como positivos, pero que –sin lugar a dudas-
será uno de los momentos que futuras generaciones estudiarán con mayor interés,
dadas sus cualidades, problemáticas y perspectivas.
Las
TIC son claramente una herencia positiva de lo que fue una de las épocas más oscuras
de la historia humana, a saber: las décadas en las que el mundo moderno entró
en lo que algún historiador denominó el momento de la “guerra total”; casi
medio siglo en el que se perdieron cientos de millones de vidas humanas y del
que pocas cosas pueden extraerse como positivas.
No
obstante, la pretensión de las páginas que siguen no es la de estudiar las TIC
como un fenómeno aislado, ni mucho menos sus implicaciones puramente
científicas para el momento actual que vivimos.
Lo
que realmente nos interesa ahora es analizar el papel que juegan en el mundo
contemporáneo las Tecnologías de la
información y las comunicaciones en el marco preciso del desarrollo de
nuevas formas, mecanismos o herramientas de aprendizaje, sus implicaciones
prácticas y metodológicas, así como los alcances que evidencian algunos autores
contemporáneos para su establecimiento como nueva puerta a la socialización y
formación de las generaciones venideras, y las nacidas en las últimas décadas
dentro del marco temporal que ha solido denominarse “generación internet” o
“generación 2.0”.
En
las siguientes páginas analizaremos entonces el surgimiento de las TIC
asociadas directamente a problemas de enseñanza en el último siglo con el
objetivo de colocar en contexto dicha problemática y orientarla hacia los fines
teóricos de este trabajo.
En
segundo lugar exploramos algunos problemas de las prácticas educativas en las
sociedades contemporáneas y los principales aportes de los modelos pedagógicos
más debatidos en la academia, esto a fin de orientar el problema de la
enseñanza como tal hacia el sentido práctico de la relación entre TIC y
educación en la práctica educativa actual.
En
el tercer apartado nos detendremos sobre los usos actuales de las TIC en la
educación y sus principales fines en el problema de la formación (educación).
Finalmente estudiaremos los principales problemas y alcances de los entornos
virtuales de aprendizaje en cuanto problema más destacado de la relación entre
TIC y educación ya señalada.
De
todo esto podremos extraer algunas conclusiones que nos den una perspectiva
global sobre el problema analizado y algunas herramientas conceptuales y
metodológicas para trabajar el problema en términos prácticos o para casos
particulares.
1 Las
tecnologías de la información y las comunicaciones. Aproximaciones para una
contextualización histórica.
Para
efectos del presente documento sólo será necesario remontarnos a la historia de
las TIC en los aspectos que se consideran aquí más relevantes para la comprensión
del fenómeno novedoso que se presenta en las sociedades contemporáneas, donde
dichas tecnologías están cada vez más vinculadas con el sistema educativo como
medio y espacio de acción para la aplicación del aprendizaje como
concepto.
Empezaremos
entonces por definir, de acuerdo con los alcances previstos de este trabajo,
las Tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) como el conjunto
de herramientas tecnológicas que garantizan la generación, procesamiento,
almacenamiento y circulación de datos en
formatos de imagen, audio, video, entre otros, a través de medios electrónicos.
Queda claro que este tipo de herramientas sólo han sido posibles con el
desarrollo de la sociedad industrial
avanzada a lo largo del siglo XX con el perfeccionamiento -gracias a los
avances de la ciencia y la técnica- de los medios de comunicación y transporte
conocidos hasta entonces.
Si bien el nacimiento de las TIC está asociado con todo
el fenómeno del auge informático desarrollado en la década del 60 en Silicon
Valley como consecuencia del 'boom' tecnológico en la época de la post-guerra,
no nos concentraremos aquí en el surgimiento de Internet y su popularización,
sino de manera más limitada en los hitos que marcaron el rumbo del proceso de
articulación que queremos explorar, relacionado con la aplicación de nuevas
tecnologías al campo educativo[1].
Presentamos a continuación una línea del tiempo que
coloque en contexto el desarrollo histórico que queremos tratar:
- El principal evento asociado con este tema histórico se
remonta al año 1958 con la creación del primer programa para la enseñanza de la aritmética a través de un ordenador de
la marca IBM.
- Para el año 1960 se implementaron más de veinte centros
de enseñanza con ordenadores con el principal problemas de los altos costos
para su implementación debido a lo incipiente de los PC.
- En 1963 aparece un programa destinado al aprendizaje de
las matemáticas y la lectura a la par con el primer lenguaje de programación
informática como nuevo enfoque para la aplicación del ordenador en la
educación.
- A mediados de la década de los 60 se logran conectar
dos computadoras en diferentes estados norteamericanos a través de un
incipiente sistema de telecomunicaciones para intercambiar datos entre
instituciones científicas, algo que daría pie a la red ARPANET (estructura
originaria de Internet).
- Llegando
a los años 1969-1970, mientras en la Universidad de California se inauguró el
primer centro de tecnologías pata la educación asistida por medio de
ordenadores, en Europa se presentaron
los primeros proyectos para vincular los sistemas informáticos en la enseñanza
secundaria.
- En
el Reino unido se empieza a implementar el proyecto NDPCAL con el objetivo de
utilizar los ordenadores en la educación para fomentar prácticas de
exploración, aprendizaje y experimentación a través de sistemas interactivos
con programas para simular sistemas complejos.
- El
año 1977 se presenta como el hito de presentación del computador personal (PC)
con las características físicas adecuadas para que pudiera utilizarse en
espacios ajenos a la academia como los sitios de trabajo, el hogar, etc.
- En
1980 los científicos y pedagogos Seymour Papert y Marvin Minsky presentan las
primeras reflexiones contundentes sobre el uso de ordenadores en la educación,
donde explican que los niños pueden no sólo aprender a utilizar los
computadores pese a su complejidad, sino que además este proceso de aprendizaje
puede garantizar las herramientas para la aprehensión de otros tipos de
conocimiento[2].
Pese
a la forma reduccionista en que se ha presentado esta línea de tiempo, la idea
central y la relevancia de este punto es destacar los hitos en los que, durante
la segunda mitad del siglo XX, se fueron perfeccionando las apenas incipientes
tecnologías de la información y las comunicaciones.
Dichas
tecnologías fueron llevándose al plano de la educación desde elementos
pedagógicos para la utilización de dichas tecnologías en su origen hasta
entenderlas como medios para un fin más alto que sería la adquisición de nuevas
formas de conocimiento en una sociedad que empezaba a volcarse en todas las
esferas de la vida (economía, política, cultura general) hacia el mundo de la
informática cuyas puertas abrió la creación y desarrollo del computador
personal y posteriormente, Internet.
2 Prácticas
educativas. Perspectivas sobre algunas teorías y modelos pedagógicos
contemporáneos.
Además del papel que cumplen las instituciones escolares
en el proceso de capacitar al individuo para ingresar “funcionalmente” (podría
decirse) en la vida social, la educación coloca al individuo en condiciones de
preservar y enriquecer las prácticas culturales y sociales; pero también
posibilita el desarrollo de los mecanismos de evolución e integración social
como la economía, la política, etc.,
Es claro que una de las funciones del sistema educativo
consiste en reproducir las prácticas culturales tanto locales como globales;
sin embargo, dentro de este mismo
proceso de formación se van gestando prácticas sociales y culturales nuevas que
producen y re-producen –a su vez- el sistema social y cultural en general.
De acuerdo con esta premisa, el papel del estudiante en
el proceso formativo está relacionado no solo con el aprendizaje y la recepción
de conocimientos, sino además con el de jugar un papel activo, retribuyendo a
través del diálogo de saberes en la medida en que la convivencia también haga
parte de dicho proceso. No obstante, la formación integral debe llevarse a cabo
a través de un método pedagógico adecuado que articule ambos procesos.
Podría afirmarse con esto que el estudiante es el centro
de cualquier proceso formativo, aunque, no sobra decir que sólo en parte, ya
que el docente mismo es parte fundamental de la acción pedagógica en la que, en
tanto agente activo dentro de la relación,
se forma a la vez que contribuye al acto formativo del estudiante.
Sobre la base de este argumento, esbozaremos a
continuación algunos de los modelos pedagógicos más debatidos en los espacios
académicos contemporáneos con el fin de establecer un marco de referencia para
el análisis posterior de las nuevas características de la educación en el
contexto de la sociedad del conocimiento y las TIC.
Fundamentos para la
comprensión del aprendizaje. Aproximación a algunos modelos pedagógicos.
El aprendizaje
ha solido entenderse, dentro de los múltiples desarrollos teóricos de
disciplinas humanas y sociales como la sociología, la antropología, la
psicología o la filosofía, bajo diferentes perspectivas que van desde
entenderlo únicamente como un proceso a través del cual el individuo conoce su
entorno, hasta pasar por aquellos enfoques que pretenden medirlo básicamente en
sus resultados, es decir, en la forma en que se pueden medir y/o evaluar los
conocimientos una vez culminado un proceso correspondiente al punto ya
mencionado.
Sin embargo, algunas teorías contemporáneas entienden el
aprendizaje propiamente dicho desde la perspectiva del entorno, las
circunstancias y las situaciones en que se desarrolla; en otras palabras, del
contexto espacio-temporal, social y cultural dentro del cual se lleva a cabo, y
esta es tal vez la perspectiva más aceptada hasta el momento dentro de los
círculos académicos, aun con los matices que le imprime cada corriente teórica.
No obstante todo lo anterior, es parte del consenso
respecto de este objeto de estudio, que el aprendizaje
por ser un fenómeno que se desarrolla tanto a escala interna como externa en el
individuo, y a escala micro y macro en la sociedad, debe entenderse bajo una
mirada que conjugue todos los elementos mencionados[3]. De
esto podemos derivar las diferentes corrientes exploradas en las teorías
modernas sobre los procesos básicos de aprendizaje:
a Cognición. En primer lugar, hablar de la cognición es hablar de un proceso humano que
necesita ser comprendido desde una mirada multidisciplinar como la lingüística,
la antropología o la psicología dada la necesidad de aproximarse al desarrollo
mismo de la relación del ser humano con el mundo físico y social.
De esta forma, la psicología cognitiva permite ver dicho
proceso como un paso por etapas diversas desde la primera infancia hasta la
madurez por un camino que lleva a la comprensión experta, por parte del hombre,
de todo lo que lo rodea: Desde el recién nacido, que tiene con el entorno una
relación puramente receptiva, pasando por el niño que empieza a comprender los
procesos lógicos a través de los cuales se ordena la realidad, hasta el
conocimiento comprensivo y deductivo basado en normas tácitas de comportamiento
con base en conocimientos aprehendidos previamente.
Comprensión. La comprensión se asume actualmente como un aspecto dinámico del
comportamiento humano que, incluso dentro de algunas disciplinas como la
lingüística, puede hacernos ver la realidad como una construcción del hombre,
en otras palabras, permitirnos comprender que la realidad es la que conocemos
solamente porque es a través del lenguaje que podemos formarnos una idea lógica
y ordenada de ella; fuera de esto, no habría más que caos indescifrable.
En este orden de ideas, la pedagogía se establece dentro
de las humanidades como una disciplina que permite al hombre mismo descubrir
nuevas herramientas para aproximarse a la comprensión del entorno físico y social
sobre la base del conocimiento intersubjetivo, es decir, compartido; para este
caso, por medio de la relación entre el estudiante y el maestro.
c Teoría del aprendizaje. Las teorías del aprendizaje, a pesar de estar inmersas
dentro del amplio campo de las ciencias sociales y las humanidades, únicamente
se asocian con las diferentes teorías desarrolladas por la psicología, lo que
supone problemas bastante amplios al no tomar en consideración profunda algunas
disciplinas nombradas más arriba.
Aprender a aprender. En un mundo en el que cada momento muestra lo
vertiginosos de los avances en la comprensión del mundo por parte del hombre
(ciencia, tecnología, etc.), la educación tradicional que colocaba al maestro
por encima del estudiante y en una relación unilateral (jerarquizada) de
conocimientos ha quedado hoy relegada no solo a un segundo plano, sino
definitivamente.
Aprender a aprender es el nuevo método que coloca al
docente en el papel de guía para el estudiante en un mundo que éste debe
conocer por su propia cuenta en vista de la diversidad de enfoques, de nuevas
tecnologías de la información y de un conocimiento que es cada vez más
universal y de fácil acceso. Es el método de las relaciones afectivas y de
pares en las que el estudiante se sienta en confianza con quien ahora es su
guía y no aquel que “lo sabe todo”.
e Aprendizaje por procesos. El aprendizaje por proceso corresponde a otra de las
muchas teorías acerca de aprendizaje, fundamentalmente basada en la psicología
cognitiva, en este caso analizada desde Jean Piaget (autor que se ha convertido
en referencia central para las teorías pedagógicas contemporáneas).
Este tipo de aprendizaje nos dice que el conocimiento es
un elemento dinámico que no puede verse con un fin específico, es decir, que no
tiene una culminación. El aprendizaje pasa por diversas etapas en las que el
hombre puede adquirir conocimientos nuevos sobre el mundo o simplemente
transformarlos (modificarlos) de acuerdo con nuevos elementos agregados al
saber primigenio.
Sobre este la base de concepto podría entenderse el
desarrollo mismo de la ciencia en la historia de la humanidad: un conocimiento
que se adquiere, se asume como verdadero y se modifica con base en nuevos
descubrimientos, de esta forma procede también el aprendizaje desde la infancia
hasta el fin mismo de la vida de un hombre particular.
f.
Aprendizaje basado en problemas. El procedimiento ensayo-error ha sido una de las
prácticas más recurrentes a través de la historia en el proceso de conocimiento
que el hombre tiene del mundo, pero especialmente de lo que se denomina
conocimiento científico. Bajo este método, el aprendizaje humano se ha basado
en el surgimiento de problemas, su posible (luego, efectiva) resolución y
finalmente el conocimiento que de allí surge.
En esta lógica, el aprendizaje basado en problemas se
presenta como una novedosa estrategia pedagógica que le brinda la posibilidad
al estudiante de explorar sus propias capacidades resolutivas por medio de la
guía del maestro, dándole pautas a seguir para resolver los problemas o
simplemente dejando este a su plena capacidad con base en el saber adquirido
previamente[4].
Los enfoques reunidos hasta este punto centran su atención
en algunos de los debates más destacados en algunas disciplinas humanas sobre
factores claves en el proceso de socialización o educación dentro del plano
formal (enseñanza como institucionalidad).
Naturalmente no son los únicos enfoques que puedan
explorarse en este campo, aunque si algunos de los conceptos más debatidos en
la carrera que lleva la práctica pedagógica por construir modelos que responden
a las necesidades apremiantes de una sociedad basada en la complejidad y de la
cual derivan argumentos para la comprensión de problemas como los que
estudiaremos con algún detenimiento a continuación.
3 El papel de las TIC en el marco de una educación para la
sociedad del conocimiento.
Uno de los principales retos a los que se enfrenta la
educación del siglo XXI está relacionado con la forma de adecuar los métodos
tradicionales de enseñanza a las nuevas dinámicas del mundo contemporáneo que
se enmarca en el concepto de “sociedad del conocimiento”. El conocimiento es
tal vez el principal motor de las sociedades contemporáneas y el bien de
intercambio más valorado.
Si bien la educación ya ha sido entendida desde hace
siglos como el subsistema social a través del cual se producen y reproducen las
prácticas sociales y culturales, y a través del cual se materializan ideas como
las de progreso, desarrollo o competitividad (factores todos que garantizan la
inserción de una nación en el escenario político-económico global), es sólo
durante las últimas décadas que este tema se ha volcado en las discusiones más
profundas de las naciones desarrolladas con el objetivo de articular los
vertiginosos avances en la ciencia y la tecnología después de la segunda mitad
del siglo XX con las necesidades de una sociedad cada vez más abierta a la dinámica
globalizadora.
Una de las
características principales del mundo contemporáneo es la proliferación de
información de todo tipo que circula libremente a través de medios como el
internet. La democratización de la información puede entenderse como un gran
avance en el carácter público del conocimiento universal producido por el
hombre. Sin embargo, información no puede equipararse con conocimiento y menos
aun en una época en la que el exceso desmesurado de información puede convertirse
en un obstáculo para la producción del conocimiento propiamente dicho (INNERARITY, 2011) [5].
Esto quiere decir que la denominada sociedad del
conocimiento supone en su propia dinámica una paradoja estructural: En la medida
en que la información se incrementa a cada paso y se hace extensiva a la
totalidad de la población a través de los canales que permiten las TIC, dicho
exceso de información le da al hombre la posesión de un conocimiento más
efímero y fragmentado; de una parte, porque no puede conocer todo lo que
circula como información y de otra, porque esto mismo lo obliga a sobrevivir en
el mundo con un conocimiento limitado de su entorno (político, cultural,
económico, etc.).
3.1. Fundamentos teóricos para la comprensión de las TIC en la práctica
educativa. (Alcances y perspectivas).
De lo anterior podríamos deducir que las tecnologías de
la información y las comunicaciones son en las sociedades contemporáneas no
solamente un medio de acercamiento entre las personas devenidos de los
adelantos en la ciencia y la técnica moderna, sino que por su misma dinámica y
la vinculación que tienen con la vida cotidiana propia de la sociedad del
conocimiento, se convierten en el medio y espacio por excelencia donde
desarrollar los procesos de aprendizaje que interioricen en el sujeto las
herramientas cognitivas necesarias para convivir en un mundo que se alterna
cada vez más entre los espacio sociales tradicionales y los virtuales o del
mundo cibernético.
Para analizar el papel que deberían jugar las TIC es las
prácticas educativas de las sociedades contemporáneas debemos partir de un
supuesto innegable: las prácticas educativas tradicionales quedarían relegadas
si no se adaptasen a las necesidades de una generación completa que ha nacido y
crecido en el mundo de los virtual, de las redes sociales, internet y del
conocimiento más allá de los libros de texto en formato físico.
Esto implica un cambio de paradigma en la concepción de
la educación asociada los procesos de aprendizaje formal escolarizado que en
otro momento se restringía exclusivamente al espacio del salón de clases y a la
información otorgada por el maestro (COLL, 2004). El hecho de que una
generación entera haya crecido familiarizada de manera informal con herramientas
como internet asociadas con los espacios
de la vida cotidiana abre la posibilidad para que esta misma pueda introducirse
con mayor facilidad en las prácticas pedagógicas.
Históricamente, el primer avance en la aplicación de las
TIC al campo de la educación aparece con la implementación del “e-aprendizaje” (e-learning) en las
prácticas pedagógicas con el principal objetivo de utilizar algunas
herramientas de las TIC[6] para mejorar la calidad del aprendizaje y mejorar su
comprensión.
Este ha sido –a la manera de ver de muchos autores
contemporáneos- el punto de empalme entre las prácticas pedagógicas clásicas y
la llamada nueva escuela: el argumento central de esta perspectiva es que “las
TIC están transformando los escenarios educativos tradicionales, al tiempo que
están haciendo aparecer otros nuevos” (COLL, 2004. Pág. 4).
Lo anterior quiere decir que la educación está pasando
actualmente por un proceso revolucionario tanto en la metodología a través de
nuevas herramientas, como en los contenidos en vista del nuevo concepto de conocimiento propio del siglo XXI.
No obstante lo dicho hasta este punto, la mayoría de
estudios en materia pedagógica sobre la implementación de las TIC en los
espacios educativos no han logrado establecer una correlación directa entre su
incorporación a la educación formal y la mejora cualitativa del aprendizaje en
los alumnos, principalmente en contextos complejos. Pese a esto, la
investigación en educación ha dejado claro que de una u otra forma esta
implementación modifica radicalmente las prácticas educativas, lo que deviene
necesariamente en resultados nuevos para dicho proceso (COLL, 2004. Pág. 5).
De manera paralela, se transforman en este contexto las
relaciones entre los sujetos que hacen parte del espacio de aprendizaje: las
relaciones docente-estudiante y estudiante-estudiante -mediadas por las TIC-,
modifican no sólo los contenidos que se imparten/comparten en esta interacción,
sino la estructura misma del diálogo entre las partes en orientación tanto con
los contenidos como con su aprehensión.
La libertad que tienen los estudiantes de acceder a la
información a través de múltiples fuentes en espacios como internet han implicado un cambio radical en el manejo y
la orientación de los contenidos por parte del docente. Su papel en este plano
se limita en muchas ocasiones a guiar las temáticas, de manera que el
estudiante explore la infinitud de posibilidades que encuentra en la red. Ahora
bien, cuando la relación docente-estudiante pasa a este plano la jerarquización
en el diálogo de saberes se nivela al plano de la relatividad en los puntos de
vista respecto del conocimiento adquirido[7] y al diálogo de saberes como base para la construcción
de nuevo conocimiento.
En este momentos pensamos directamente en la nueva
orientación de la educación hacia el respeto de la diversidad tanto de
criterios como de información (de la que necesariamente se pueden obtener
diferentes puntos de vista según el enfoque del observador; llámese estudiante,
docente o investigador).
Naturalmente la efectividad de los procesos educativos
concretos, es decir, pensados para casos particulares, sustentados en la
aplicación de las TIC dependerá en todo momento de las características
tecnológicas con que se cuente. Los modelos pedagógicos serán en este caso
complementarios de las herramientas multimedia, los contenidos elegidos, así
como de la familiaridad de estudiantes y profesores con las TIC y la
regularidad del contacto establecido.
De esta idea se deriva el problema de las posibilidades y
limitaciones presentes en diferentes grupos sociales dentro y fuera del aula; a
esto se suma la brecha abierta por restricciones en su uso y las dificultades
que tal fenómeno representará al momento de plantear prácticas pedagógicas con
carácter colectivo (COLL, 2007, pág. 380).
Es claro, como ya hemos mencionado más arriba, que en los
últimos años los procesos formativos en los que se incorporan las TIC no se
presentan con el objetivo exclusivo de comprender
el funcionamiento de estas herramientas; pero además, así se incorporen al tema
del aprendizaje en general, no se hace de manera aislada como un “simple”
conjunto de recursos informáticos, sino que:
“van acompañadas de una propuesta, más o menos explícita, global y precisa
según los casos, sobre la forma de utilizarlos para la puesta en marcha y el
desarrollo de actividades de enseñanza y aprendizaje”. (COLL, 2007, pág. 381).
Lo anterior quiere decir que finalmente hemos llegado a
un punto en que las prácticas pedagógicas y las tecnologías de la información y
las comunicaciones, que en un primer momento se constituían como elementos
ajenos entre sí para el desarrollo de la educación sobre la base de nuevas las
perspectivas del mundo contemporáneo, asocian en sí mismas proyectos
pedagógicos internos propias –de acuerdo con sus características- para formas
de enseñanza particulares.
Lo anterior nos permite avanzar en el análisis de la
educación como sistema en entornos virtuales garantizados por la aplicación tanto
de las TIC como de sus prácticas pedagógicas asociadas.
4.
Educación y entornos virtuales. (e-learning/b-learning).
Los entornos virtuales se han constituido durante los
primeros años del siglo XXI en el espacio propio de la enseñanza en un mundo
que ha superado las barreras espaciales y las distancias que en otro momento se
habían convertido en su principal obstáculo. En virtud de esta razón, la
característica principal, aunque no exclusiva, de la enseñanza en entornos
virtuales en la posibilidad de establecer prácticas educativas no presenciales,
en otras palabras, escenarios de enseñanza relacionados con los espacios y
plataformas virtuales.
A riesgo de simplificar en exceso, la transformación de
los espacios educativos y sus dinámicas, podríamos decir que la expansión y
popularización de medios como Internet en los últimos años han generado una
transformación profunda en los procesos de conocimiento incluso por fuera de
los ámbitos de la educación formal institucionalizada.
Este problema ha supuesto que la educación tradicional
haya adaptado también sus prácticas para “convivir” (no en sentido estricto,
por supuesto) con el advenimiento de un nuevo ente formador del ciudadano con
la capacidad de acercarlo más a la información universal que espacios clásicos
del aprendizaje como las bibliotecas.
Este fenómeno coloca en discusión un doble problema de la
educación o la creación de conocimiento en las sociedades contemporáneas y que
ya de alguna manera hemos insinuado en varios momentos: De una parte está la
apuesta por el aprendizaje como fin explícito de la comunidad en cuestión y de
otra, la utilización de las herramientas tecnológicas digitales para “el
ejercicio de la acción educativa intencional” (COLL et. al. Citado EN: BUSTOS & COLL, 2010, pág. 7). Lo anterior
quiere decir –insistimos- que hay una clara distinción/intensión en la
enseñanza entre las comunidades por ver las TIC como medio o como fin (aunque
no de forma lineal o histórica).
De todos estos problemas se han derivado las
consideraciones académicas sobre la importancia del diseño planificado de
entornos virtuales sobre los cuales se desarrollen enseñanza y aprendizaje en
tanto procesos complementarios de la educación formalizada.
Según Bustos y Coll (2010, págs. 178ss), este trabajo
tiene dos implicaciones fundamentales que tienen que ponerse en consideración:
Primero debe entenderse como necesaria la integración multidisciplinar en el
diseño de los ambientes virtuales, de manera que no solamente estén
perfectamente desarrollados los recursos tecnológicos, sino también los
pedagógicos.
En segundo término, se destaca –como consecuencia- la
necesidad de actualizar con cierta periodicidad los métodos pedagógicos y las
herramientas virtuales conforme van avanzando los desarrollos tecnológicos y se
van modificando las necesidades sociales[8].
4.1.
De nuevo la discusión: e-learning o blended learning.
Como hemos visto hasta ahora, el e-learning incorpora
todas las ventajas de las TIC para generar espacios de aprendizaje en ambientes virtuales; esto, por supuesto,
como respuesta a una serie de necesidades devenidas de algunos supuestos de la
sociedad del conocimiento como la universalización de la educación y la
necesidad de llegar al mayor número de personas traspasando barreras
espaciales.
Pese a todas sus ventajas, el e-learning ha sido objeto
de múltiples revisiones críticas resultado de investigaciones sobre impacto,
difusión y limitaciones. Dentro de las principales objeciones que se ha hecho a
su estructura ontológica y epistemológica está la de ver la dinámica del
aprendizaje virtual como una contradicción a la dinámica propiamente social y de acercamiento entre personas.
Evidentemente la modalidad del e-learning supone un
distanciamiento al menos físico de las relaciones sociales ahora mediadas por
videoconferencias, foros, chats y otros recursos telemáticos similares, así
como del sentimiento de aislamiento que puede expresar el estudiante frente al
evento formativo propiamente dicho[9].
Compartimos con Cabero (2009) la idea de que a pesar de
estas limitaciones el e-learning no ha fracasado como proyecto sino que, por el
contrario se ha visto en la necesidad de volver sobre problemas que habían
quedado sin resolver en la práctica educativa clásica y que fueron descuidados
al atender los problemas puramente técnicos del método naciente.
La respuesta a estos problemas se presentó inicialmente
como la posibilidad de articular el carácter eficiente y eficaz de la enseñanza
tradicional en su modalidad presencial con el formato flexible del e-learning
(CABERO et. al. 2009). Esto quiere
decir que el b-learning asume las
ventajas de las modalidades presenciales y no presenciales en los modelos de
enseñanza contemporáneos a través de actividades en ambos casos pedagógicamente
estructuradas.
En el sentido más riguroso del término, b-learning puede
entenderse en cualquier práctica pedagógica en la que le docente combine
diferentes modalidades de enseñanza/aprendizaje; Sin embargo, en un sentido
profundo se trata de dar respuesta a las necesidades de una generación que ha
crecido dividida entre la enseñanza tradicional y el mundo de Internet más
popularizado en los espacios de ocio y tiempo libre que en los de educación en
tanto institución formal.
En esto radica su
concepción innovadora como estrategia de enseñanza que incluso en la actualidad
está empezando a implementarse en la empresa privada, un espacio que supera con
mucho los alcances de la educación tradicional y lo lleva al plano de fenómenos
propios del mundo globalizado como los acercamientos entre esferas antes casi
ajenas como la empresa privada, el sistema educativo y la política[10].
Conclusiones.
- La relación entre las nuevas tecnologías de la
información y las comunicaciones con la educación y los procesos de enseñanza
en general se ha convertido en una característica dialéctica de la sociedad del
conocimiento. Dialéctica precisamente porque en la medida que las TIC
contribuyen a transformar los métodos de enseñanza/aprendizaje, se generan
nuevos espacios y prácticas pedagógicas que reclaman para sí herramientas
tecnológicas cada vez más complejas e innovadoras.
- A pesar de ser un elemento nuevo de las prácticas
pedagógicas, que pretende dar respuesta a las necesidades propias de las
sociedades contemporáneas, la aplicación de las TIC en el sistema educativo
entra de lleno en el debate sobre la exclusión y la segregación que ha sido
desde siempre el tema central de críticas a la educación tradicional.
- El éxito de las TIC aplicadas a la educación radica en
la posibilidad que tengan de hacerse extensiva a la totalidad de la población
en proceso de escolarización; sin embargo, este argumento se convierte casi
siempre en un objetivo a alcanzar que orienta la gran mayoría de políticas
educativas, al menos en nuestro contexto nacional, pero choca con temas
prioritarios como la universalización de la alfabetización tradicional o con el
interés de implementar las TIC incluso antes de realizar un proceso formal de
escolarización bajo mínimos, de manera que se garanticen los mínimos básicos
para su asimilación.
- La formación de los estudiantes a través de las
herramientas pedagógicas que permiten las TIC no sólo son un fin en sí mismas
como método de aprendizaje, sino que se convierten en un insumo posterior para
el ciudadano de dos maneras complementarias:
1) La familiarización con las TIC le permite nuevas
dimensiones de interacción con las sociedades contemporáneas a través de
espacios tan concurridos hoy como internet y el mundo de las redes sociales.
2) Como consecuencia de esto el ciudadano que se forma en la
sociedad del conocimiento adquiere la capacidad de vincularse activamente con
temas hasta hace algunas décadas poco concurridos por las nuevas generaciones;
piénsese por ejemplo en las redes sociales como mecanismos de participación y
acción democrática.
- La historia de los avances tecnológicos y científicos
ha demostrado que de un proceso revolucionario el hombre siempre logra extraer
los elementos más constructivos y positivos para contribuir al desarrollo y la
idea de progreso que ha sido el motor del mundo moderno desde su génesis.
- Una de las críticas más acérrimas que se ha hecho al e-learning como modelo de
enseñanza-aprendizaje ha sido el de contribuir a distanciar y negar la
importancia de la presencialidad de las relaciones sociales en campos tan
fundamentales de la formación del individuo como lo es la educación.
Sin embargo, esta crítica sólo puede ser considerada en
parte y con un carácter más objetivo a fin de comprender la nueva dinámica de
las relaciones sociales en un mundo globalizado y mediado por el acercamiento
de los ciudadanos de todo el mundo a través de las TIC; fenómeno que realmente
supone uno de los más grandes avances en la manera de conectar y acercar
distancias en toda la historia de la humanidad.
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http://peremarques.pangea.org/ticuniv.htm
MERLANO Dominguez, E. (2008). Las TIC como apoyo al
desarrollo de los procesos de pensamiento y la construcción activa de
conocimiento. Zona próxima. Revista del instituto de estudios en educación
Universidad del norte , 146-155.
[1] Para la descripción de
carácter histórico nos serviremos del trabajo realizado por la Escuela superior
politécnica de Chimborazo sobre el origen y evolución de las TIC. (VILLACRES, 2008) .
[2] Este es
el punto central en el que se plantea por primera vez y de manera explícita la
aplicación de las TIC en las prácticas pedagógicas y, mejor aún, se abre la
posibilidad de que además dichas tecnologías brinden la posibilidad de
transformar los procesos de conocimiento tanto en el aprendizaje formal de la
educación como institución como en la vida cotidiana.
[3] Enfoques como este hablan de
reunir los puntos comunes que hay en estas tres perspectivas; sin embargo,
buscar “algunos” puntos comunes en ellas sería, en la mayoría de los casos,
perder tiempo buscando coincidencias entre apreciaciones absolutamente
complementarias del estudio comportamental, actitudinal y social del
conocimiento humano.
[4]Tomado del blog; http://asamalaga.blogspot.com/2008/08/aprendizaje-tradicional-vs-aprendizaje.html
[5] EL concepto de
sociedad de la información ya ha empezado a quedar relegado de las teorías
sociológicas y políticas de los últimos años. La segunda mitad del siglo XX
estuvo caracterizada por el desarrollo e incremento de los llamados Medios
masivos de comunicación (Mass-media), caracterizados por su capacidad de llevar
la información a todos los planos de la vida cotidiana a través de herramientas
como la prensa escrita, la radio y la televisión.
Sin embargo,
el concepto que más fácilmente podría describirlos sería el de “medios de
información” ya que su labor fundamental era la de informar y no la de
interactuar con el receptor. Este concepto daría un giro radical con la
masificación de internet en los años 90 y el surgimiento de la “web 2.0” en
cuyo nombre se resume la posibilidad no solo de informar sino también de
interactuar, pasando de un proceso de información y uno de comunicación en
tanto construcción de conocimiento colectivo.
[7] No se quiere decir con esto que el conocimiento caiga en este punto en
el puro relativismo donde cualquier perspectiva es válida y no hay posibilidad
de que se pueda entablar un criterio de objetividad respecto de cuál es la
“verdadera interpretación”.
A lo que se
apunta realmente es a ver cómo estas nuevas herramientas de aprendizaje abren
las puertas a una superación definitiva de las relaciones jerárquicas en la
orientación del conocimiento para llevarlas al plano de un diálogo orientado a
la comprensión donde el docente juega un papel más de guía para la interpretación
de los contenidos con el objetivo de propender por un aprendizaje reflexivo y
crítico de parte del estudiante.
[8] “Evolución
del software social o la Web 2.0 y de los entornos de inmersión 3D o mundos
virtuales” (Bustos & Coll, 2007, pág. 179).
[9] A esto
podríamos sumar dificultades como la de competencias en materia tecnológica,
adaptación a los nuevos métodos de aprendizaje, costos e infraestructura, entre
otros. Aspectos que sólo tratamos tangencialmente para ocuparnos del problema
sociológico que hay de trasfondo.
[10] Aunque este espacio está aún por explorarse y profundizarse de cara al
futuro por parte de la academia y demás partes implicada.
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