lunes, 8 de diciembre de 2014

Nuevo artículo científico publicado...

http://www.csgr.syllabapress.com/issues/articles/csgr00018.html

lunes, 26 de agosto de 2013

Triunfo Agridulce de la democracia...

Del total de ciudadanos que estaban habilitados para ejercer su derecho al voto en Caldas (755,323), sólo 220,137 cumplieron con el llamado de las urnas. Esta cifra corresponde a un penoso 29.14 % o en cifras más contundentes, cerca de un 70% de abstención en todo el departamento. Claramente esta cifra elevada de ausencia en las urnas ha sido provocada por el carácter irregular de las elecciones que apresuró la campaña con candidatos improvisados y un elevado nivel de desconfianza de la ciudadanía.

De ese casi 30% de sufragantes que cumplió con su derecho ciudadano, sólo la mitad (un 50.85%) votó por el candidato ganador Julián Gutiérrez, sin contar que -de ellos- poco menos de la mitad fueron habitantes de la capital departamental.

Lo que revelan estas cifras es la poca legitimidad de la que goza(rá) el nuevo gobernador Julián Gutiérrez con el apoyo de menos de un 15% del total de la población apta para votar en todo el territorio caldense; esto sin contar el escaso apoyo recibido por los otros candidatos.

La idea está clara. Las circunstancias ya bastante conocidas obligaron a la destitución del pasado gobernador; se forzaron unas elecciones irregulares que obligaban a las maquinarias politiqueras de los partidos tradicionales a elegir un candidato en cuestión de días y movilizar todas sus herramientas para conseguir el mayor número de votos de la que -se sabía- habría una gran abstención por la premura de los comicios... El resultado: uno de los datos más altos de apatía electoral en toda la historia del departamento; un revelador 10.89% de votos en blanco y la desoladora sensación de una crisis de legitimidad en la política caldense, que si bien no es algo novedoso, deja claro que los pseudo-partidos tradicionales, los líderes de vieja data e incluso las propuestas políticas alternativas son vistas con recelo por la ciudadanía y se abre el debate sobre la urgencia de una propuesta sería y contundente que renueve la democracia... al menos, para empezar, en el orden regional.


Fuente:


domingo, 16 de septiembre de 2012

LA ELECCIÓN DE LOS NO-ELEGIDOS

LOS PROCESOS DE SELECCIÓN Y REPRODUCCIÓN DEL SISTEMA EDUCATIVO EN UN COLEGIO POPULAR DE MANIZALES*.



Tal vez parezca muy sugestivo colocar en el título de este trabajo una inversión de la frase con que Pierre Bourdieu denota el primer capítulo de su libro los Herederos. Los estudiantes y la cultura, “La elección de los elegidos”; sin embargo, el propósito del presente trabajo está enfocado en indagar la forma en que esos procesos de selección (ocultos a veces, otras tantas explícitos), mediante los cuales las dinámicas del sistema educativo excluyen en su desarrollo a los estudiantes con menor capital cultural heredado, se hacen presentes incluso en instituciones educativas identificadas por brindarle la formación escolar básica a un grupo social que no se caracteriza por contar con un gran cúmulo de dicho capital a saber: los estudiantes de sectores populares, para este caso, del Colegio Vocacional San Agustín en el Barrio Colón.
En estos términos, la hipótesis que se maneja aquí se resume en que la elección que realiza el sistema educativo dentro de este plantel no es la de unos estudiantes “elegidos” por su capital cultural para permanecer en el sistema o trascender en la escala social sino que, por el contrario, dicha elección conlleva a lo sumo a la culminación de los estudios de básica secundaria y solamente en casos excepcionales al ingreso a un instituto técnico de educación continuada, lo que hace aun más difícil las posibilidades de ascenso en la escala social (enclasamiento, re-enclasamiento)[1].
Veremos entonces las posibilidades de análisis que para este caso brinda la teoría de Bourdieu a un caso particular de la sociedad colombiana; posteriormente el marco legal sobre el cual descansa la dinámica del sistema educativo colombiano desde el Plan decenal de educación, pasando por el Plan de desarrollo de Manizales y su apartado acerca de las condiciones y objetivos de la educación, hasta las políticas internas del colegio mencionado; finalmente, se presentan los resultados de una pequeña indagación de campo realizada durante el semestre a la luz de la teoría del sociólogo francés.

LA TEORÍA DE LA REPRODUCCIÓN SOCIAL VISTA EN EL CONTEXTO COLOMBIANO.

Cuando Bourdieu habla de los procesos de selección que lleva a cabo el sistema educativo frente a los estudiantes, devela precisamente una lógica interna que no había sido analizada aun por las ciencias sociales y en la que, de manera aparencial, la educación moderna contaba con uno de los mecanismo más democráticos de este tipo de instituciones [modernas]. A simple vista, la educación democratizada permite (y exige) la vinculación y cobertura de toda la población en edad de ser escolarizado, así como también la educación continuada para ciudadanos mayores que no terminaron dicho ciclo; como en el caso colombiano con las políticas de educación continuada para adultos.
Por otra parte, si bien las políticas de inserción y cobertura escolar parecieran brindar todas las posibilidades para que los individuos gocen de los beneficios del sistema educativo, los amplios problemas de deserción escolar y de permanencia y repitencia en Colombia solo han sido explicados tradicionalmente sobre la base de los análisis económicos de pobreza y altos costos para el acceso a la educación. Además de esto, las modalidades de éxito y fracaso escolar en las posibilidades de acceso a la educación superior han sido entendidas –según Bourdieu- en términos de una Teoría del don[2] que reconoce en los estudiantes “adelantados” con respecto a sus compañeros una inteligencia o unas capacidades intelectuales superiores, y es con base en esas dotes intelectuales superiores que se establecen los parámetros para la medición de los estándares de calidad en la educación a nivel general[3].
Bourdieu encuentra a este respecto que esa falsa “teoría del don” oculta los parámetros que tienden a reproducir unas estructuras sociales por diferencias de clases (aunque no en el sentido estrictamente marxista del concepto). Estas estructuras sociales se basan efectivamente en la tenencia de un capital y la forma en que este se hereda a las nuevas generaciones a través de la familia. No obstante Bourdieu, para efectos de su estudio elabora el concepto de capital cultural para referirse a la forma en que las prácticas tradicionalmente constituidas en el orden familiar se reproducen (heredan) a los hijos por medio de los primeros procesos de socialización.
De esta forma es que el autor comprende de qué manera el capital cultural heredado por los hijos de las capas sociales altas les permite ingresar en el sistema educativo con una ventaja frente a otros estudiantes con un capital cultural menor y aparecer ante los indicadores de medición de calidad, e incluso frente a los profesores mismos, como individuos con dotes especiales que no son otra cosa que un cúmulo de capital cultural devenida de los habitus sociales (de consumos culturales) del núcleo familiar en que se desarrolla.
Todo este fenómeno puede apreciarse de manera clara en los resultados de los exámenes para la medición de la calidad de educación a nivel nacional, tanto en educación media como superior, en donde los mejores resultados son obtenidos principalmente por instituciones del orden privado a las que más fácilmente tienen acceso personas de estratos socioeconómicos altos y medios, o en el caso contario, instituciones públicas que exigen exámenes de admisión interna.
Ahora bien, nos restaría mirar que tanto se adecúa esta teoría, ya no tanto al sistema educativo nacional, sino al caso particular de un colegio público perteneciente a una comuna en la que el 10.8% de los censados por hogar no cuentan con ningún tipo de escolaridad y el 29.9% cuentan solamente con la primaria incompleta[4]; lo que supone, de entrada un escaso capital cultural acumulado en general para todos los estudiantes del plantel.

EL MARCO LEGAL E INSTITUCIONAL DE LA EDUCACIÓN.

En este punto tendremos que hacer la separación entre los ámbitos nacional y municipal para poder estudiar el caso particular de Colegio San Agustín y la forma en la que éste refleja los elementos particulares del sistema educativo en general. En este apartado apuntaremos a discutir la hipótesis de que la autonomía relativa del sistema educativo que Bourdieu analiza para el caso francés es menos evidente en Colombia debido a la fuerte influencia de las políticas de gobierno en la educación de la población civil.

 ¿Nuevos enfoques gubernamentales del derecho a la educación en Colombia?

En el segundo capítulo del Plan decenal de educación 2010-2016 para Colombia se consideran una serie de garantías que el Estado considera como prioritarias para asegurar el cumplimiento del derecho a la educación con base en un principio de “más y mejor inversión en Educación”[5]. Dentro de los objetivos claves de este apartado se plantea la necesidad de asignación de una serie de recursos para “una educación gratuita con calidad y pertinencia para todos los colombianos”[6]; es claro que la pertinencia está determinada por unas políticas de Estado que orientan la formación académica de sus ciudadanos hacia ciertos sectores productivos con base en los requerimientos de la economía mundial y la división internacional del trabajo, que para el caso colombiano se ha dirigido durante la última década al desarrollo e implementación de una formación técnica, incluso en las instituciones de educación media (guardando las proporciones entre públicas y privadas), donde se establece el interés de los estudiantes hacia una posible educación continuada.
Por  otra parte, se reconoce también en este plan la necesidad de garantizar el acceso, cobertura y permanencia a fin de generar “equidad social en general”. Esta forma de plantear los intereses del sistema educativo se nos podría aparecer como un interés bastante marcado por parte del gobierno por dejar claras las posibilidades de mejorar las condiciones de vida a través de la educación (proceso de re-enclasamiento, llamaría Bourdieu). No obstante, el mismo autor nos deja claro que el campo educativo cuenta con una “autonomía relativa” que es propia de todos los campos y que en este caso, frente al gobierno (campo político), aquél tiende a reproducir unas estructuras internas que conservan muchas veces los mecanismos tradicionales de selección social (exámenes de conocimientos iguales para todos los estudiantes, independiente de su origen social o cultural, modalidades pedagógicas o planes curriculares generalizados, etc.).

Los objetivos de la educación en el plan de desarrollo municipal.

Como se anotaba anteriormente, las políticas de gobierno de los últimos años en Colombia se han enfocado bastante en cumplir el papel funcional que el mercado mundial le exige dentro de unas pautas propuestas, entre otras, por la concertación de los gobiernos locales con el PNUD. Para el caso de Manizales, con la elaboración del programa “Ciudadela del conocimiento y la innovación”, y el interés del gobierno actual de mejorar la competitividad nacional de la ciudad con base en el desarrollo de un mercado laboral cimentado en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación[7], lo que se hace evidente en la apertura de la ciudad a la dinámica de los “call-center” hace varios años.
En mucha concordancia con lo anterior, el apartado acerca de la proyección de la educación del plan de desarrollo municipal coloca dentro de sus prioridades la garantía de una educación pública acorde con las necesidades de los ciudadanos y estas necesidades acordes con los requerimientos del mercado (lo que para el caso de Manizales supone una formación técnica en las TIC.)[8].
Podemos ver que en este caso la educación pública[9] está orientada a formar mano de obra no calificada o semi-calificada en estos planteles donde normalmente se forman los hijos de las clases trabajadoras; de los cuales un porcentaje muy reducido accede a educación superior e incluso técnica[10], lo que supone una gran formación de mano de obra barata tanto para el trabajo informal como para el mercado laboral al que apunta el gobierno en términos de competitividad (el caso de los Call Center de nuevo).
Así, se sigue reafirmando la hipótesis arriba planteada, en la que la autonomía relativa del sistema educativo se ve coartada por las políticas de gobierno en consonancia con los intereses del mercado; a nivel interno, dicho sistema reproduce por su parte las estructuras clásicas de selección que, como se verá más adelante, toman unos matices un poco diferentes a los planteados por Bourdieu ahora que este trabajo se refiere al caso particular de un colegio público del sector popular.

Políticas educativas y gubernamentales en el colegio San Agustín.

Dentro de la normativa interna del Colegio Vocacional San Agustín están consagradas todas las políticas para el desarrollo tanto académico como social de la educación y las relaciones interpersonales al interior de la institución. Quedan consagradas, además, las pautas fundamentales y los lineamientos que articulan los intereses institucionales con las políticas educativas tanto del orden municipal como nacional. En este documento se hace explícita la función reproductora del sistema educativo con respecto a las pautas culturales así como a las políticas de gobierno y sus intereses frente al mercado:

A través del presente Pacto de Convivencia se pretende dar cumplimiento a los fines de la educación colombiana,  propiciar y administrar un ambiente escolar adecuado que favorezca la formación integral, la interiorización de las normas, los valores, y los conocimientos, con el fin de producir en los estudiantes los cambios de comportamiento que les permitan convivir pacíficamente en la sociedad”[11].

Por otra parte aparece la fundamentación de la aplicación práctica de la educación como Misión del plantel con respecto a las pautas nacionalmente y culturalmente establecidas:
“Brindar a los niños, niñas y jóvenes, con o sin necesidades educativas especiales, programas de educación formal ocupacional, atendiendo las diferencias individuales, con equidad, a través de  pedagogías activas-cognitivas-afectivas, en ambientes democráticos, integrándolos a  la comunidad para el logro de  sus metas de desarrollo   familiar,  social y laboral”[12].


Se habla en este punto de una educación que atienda a las necesidades individuales y que se articule con la comunidad y las metas laborales; aun así, difícilmente pueda brindarse una educación personalizada en una institución en las que las diferencias sociales están marcadas por la procedencia geográfica de los estudiantes dentro de la comuna (cada sector cuenta con características de convivencia y problemáticas sociales particulares a pesar de pertenecer a estratos socioeconómicos similares)[13]. Y, por otra parte, se hace difícil un proceso de re-enclasamiento acorde con las metas laborales dada la articulación que encuentra Bourdieu entre deseos subjetivos (de ascenso laboral y social) y oportunidades objetivas (asociadas casi exclusivamente con el mercado laboral ofrecido por la ciudad, y del que ya se hizo mención).

La elección de los no-elegidos. Dinámicas internas del sistema educativo en el Colegio (Conclusiones).

La desarticulación que se encontraba arriba en la autonomía relativa del sistema educativo frente al campo político aparece evidente en términos de estructura y forma, es decir, en términos de la legislación y las políticas institucionales que van desde el gobierno central, el Ministerio de educación, hasta los planes de desarrollo municipales y los documentos normativos internos de las instituciones educativas. Sin embargo, al interior del plantel, y en las relaciones de salón la dinámica varía en torno los procesos de selección y reproducción de las estructuras tradicionalmente constituidas; entre ellas lo que Bourdieu denomina la “teoría del don”.
De acuerdo con algunas indagaciones realizadas en el colegio, es recurrente que la atención de las clases y los profesores giren en torno a los “estudiantes destacados”: estudiantes que muestran interés y desempeño superior a la media de los demás estudiantes y que sobresalen en algunas materias asociadas con la literatura y las matemáticas y se colocan como “ejemplos a seguir” frente a la clase en general.
Estos datos coinciden además con que aquellos estudiantes destacados son generalmente hijos de familias que, si bien no son de una estratificación social mucho mayor que las demás, si pertenecen a familias en las que uno o varios de los miembros del núcleo familiar o cercano han realizado estudios superiores y les recuerdan “la necesidad de estudiar para salir adelante”. En otras palabras, hay un capital cultural acumulado en la familia, que se hereda a estos hijos y que aparecen dentro del colegio como dotes especiales frente a los profesores y demás compañeros.
Hay otros elementos que tiende a romper con estas características de reproducción del sistema educativo dentro del salón de clase. En este caso algunos profesores comentan de manera reiterada a sus estudiantes acerca de casos particulares de estudiantes graduados que han conseguido ingresar a la educación superior y han tenido una posibilidad de ascender en la escala social. Esto se convierte en un incentivo para algunos que ven en la educación esta respuesta (es especial el caso de jóvenes que trabajan en el horario alterno al de clases y que consideran esta posibilidad para “conseguir un mejor trabajo”).
Vemos finalmente que la relación entre necesidades subjetivas y oportunidades objetivas se rompe en algunos casos por las mismas condiciones de vida de algunos estudiantes que ven en la educación una oportunidad (y quizás la única) de ascenso social. Sin embargo, estos casos particulares son escasos dado que las formas estructurales del sistema educativo a nivel nacional (marco legal e institucional), como se ha visto, orienta sus productos hacia las lógicas del mercado y, por tanto, hacia unas formas de selección particulares que ubican a la mayoría de los estudiantes tanto del Colegio San Agustín, como de muchos otros locales y nacionales, en un mercado laboral con escasas posibilidades de re-enclasamiento y superación de las condiciones de vida asociadas con los sectores populares de ciudades como Manizales.




[1] BOURDIEU, Pierre. La distinción. Criterios y bases sociales del gusto. Taurus Edit. Madrid, 2002. P. 127ss
[2] BOURDIEU, Pierre & PASSERON, Jean-Claude. Los Herederos: Los Estudiantes y la Cultura. Siglo XXI Edit. Buenos Aires, 2003
[3] Véanse los parámetros para medición de calidad del ICFES con respecto a lo exámenes ECAES en la educación superior.
[4] Universidad Autónoma de Manizales. Estudio socioeconómico Comuna San José y su entorno próximo. Alcaldía de Manizales, 2008.  P.61
[5] Ministerio de Educación Nacional. Plan decenal de educación 2010-2016. www.plandecenal.edu.com
[6] Mineducación. Ibíd. P 33
[7] Alcaldía de Manizales. Plan de desarrollo del municipio de Manizales para el periodo 2008-2011. Manizales, 2008
[8] “B. Fortalecer las competencias laborales y la formación técnica y tecnológica”. Alcaldía de Manizales, Ibíd. P 6
[9] El Plan de desarrollo hace énfasis en la educación pública debido a una autonomía relativa que sí se hace más evidente y se reglamenta en el sector privado donde se forman fundamentalmente los hijos de las élites políticas y económicas de la ciudad y de donde se obtienen anualmente los mejores resultados de medición de la calidad de la educación. Véase los resultados anuales del ICFES para Manizales.
[10] Para el caso de la Comuna San José, donde encuentra ubicado el Colegio San Agustín los casos de formación en educación técnica y superior son de 2.5% y 1.4% respectivamente.
Universidad Autónoma. Op. Cit, p 59
[11] Colegio Vocacional San Agustín. Manual de convivencia. Manizales, 2008. P 4
[12] Colegio Vocacional San Agustín. Proyecto Educativo Institucional, 2008. P 18
[13] Ver Universidad Autónoma. Op Cit.
[*] En coautoría con Santiago Peláez Botero.

domingo, 12 de junio de 2011

EPISTEMOLOGÍA, TEORÍA Y PRÁXIS.

EN DEFENSA DE LA INTEGRACIÓN DE LAS CIENCIAS SOCIALES.

“¿Acaso puede el sentido interno de una obra filosófica manifestarse de algún modo mejor que en sus fines y resultados, y cómo podrían éstos conocerse de un modo más preciso que en aquello que los diferencia de lo que una época produce en esa misma esfera?”

G.W.F. Hegel

Una de las certezas que más se ha hecho evidente a través de la historia ha sido el de la llamada “aversión al cambio”, es decir, de la tensión que se establece como vínculo único entre el declive de un desarrollo socio-histórico y el advenimiento de uno nuevo: el devenir de la ciencia como mecanismo “develador del mundo”.

Muy a pesar del conocimiento cada vez más amplio, por parte del hombre, de esta dinámica vertiginosa que sus propias (inter)acciones genera, su tendencia –quizás biológica-instintiva- a generar un estatismo en sus concepciones del mundo, ha primado sobre la marcada necesidad de adaptarse a dicha dinámica en busca de las respuestas a la misma incertidumbre (“desesperación”) que este proceso genera. Cualquier “novedad” atenta contra el hermetismo de la ciencia establecida, y es violentado por ésta tanto más fuerte cuanto más pesan sus argumentos. A Kant se le censuraba por indagar sobre la necesidad de una religión fundada en la Ética dentro de una Nación cristiana por excelencia; a Hegel se le tildaba de reaccionario por considerar la Monarquía Constitucional como la forma más desarrollada del Espíritu, contradiciendo –supuestamente- su propio sistema; Einstein fue galardonado con el Nobel de Física por sus descripciones acerca del “efecto fotoeléctrico”, derivación apenas mínima de su “teoría especial y general de la relatividad” (Teoría bastante controvertida por el medio académico de su momento). Esto para no mostrar casos como los de Galileo o Copérnico e incluso Sócrates.

Se hace evidente pues que, si bien la ciencia es por sí misma el desarrollo en un proceso de develación o desmitificación del mundo y la imagen que el hombre se hace de él, funciona, de acuerdo a su momento, como un sistema totalitario y totalizador que niega la naturaleza propia de su Ser dinámico.

Los desarrollos ulteriores del mundo moderno tal como hoy lo conocemos se han dado, precisamente, sobre la base de unos supuestos epistemológicos que vienen desde Descartes (Discurso Del Método), pasando por Locke (Ensayo Sobre El Entendimiento Humano), hasta llegar a su forma más elaborada en el denominado “idealismo Alemán” de Kant y Hegel (quienes, por primera vez, reconcilian la relación histórica y necesaria entre sujeto y objeto). Todo este proceso de “maduración” y reconocimiento de la identidad entre el Hombre y la Naturaleza ha pasado, asimismo, por numerosas etapas de cuestionamiento acerca de sus posibilidades de realización en un momento incipiente de desarrollo[1]: Einstein, a pesar de las críticas y elogios recibidos, tuvo que esperar casi medio siglo para que Hawking y Penrose descubrieran que su propuesta sobre la curvatura del espacio-tiempo se hacía evidente empíricamente en la formación de los “agujeros negros”. Esto, porque Einstein no contaba con las herramientas matemáticas y, sobre todo, tecnológicas pera realizar la comprobación experimental de sus ideas. Casi treinta años después de Hegel, Marx fuel el primero en exponer con fundamentos políticos y “práctico-revolucionarios”, la complejidad del sistema filosófico hegeliano.

Así, la epistemología, en tanto “Teoría del Conocimiento”, ha sido, a través de la historia, no solo un “mecanismo” para clarificar la relación identitaria entre sujeto y objeto sino que, por su mismo carácter (que se hace muchas veces incomprensible) ha generado reacciones controversiales que desacreditan sus posibilidades prácticas en el asenso tortuoso de la “conciencia ordinaria” hacia el “espíritu absoluto” (Hegel), que no es otras cosa que la búsqueda incesante del Hombre por la Libertad. Pero es muy claro –tal vez solo para algunos- que a la Epistemología no se le puede exigir, de manera explícita, “herramientas” prácticas, v. gr. “para construir una carretera” o “desarrollar un plan de ordenamiento territorial”; para el matemático, un 1 puede representar la trayectoria de un cuerpo en el espacio porque ha internalizado suficientemente la teoría que le brinda dicha posibilidad; para el estudiante solo representara una mala calificación en el parcial.

Tal ha sido la discusión que se ha dado constantemente y con décadas de antelación entre algunas disciplinas de las ciencias humanas, pero especialmente la filosofía, la sociología y el trabajo social; solo por nombrar algunos del ambiente académico local.

La filosofía se coloca dentro del plano fundamentalmente epistemológico (sus preguntas guías son ¿se puede conocer? ¿Cómo se conoce?); sin embargo dentro de un momento de revoluciones científico-técnicas, así como desarrollo social-políticos Marx escribió: “los filósofos se han encargado de interpretar de diversas maneras el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”, y se abrieron las posibilidades para el establecimiento y consolidación de una nueva disciplina científica que ya August Comte empezaba a desarrollar, y que, en palabras de un compañero nuestro, aparece como “la realización de la filosofía” a saber: la sociología.

La Sociología lleva al plano de los social, político y cultural, las posibilidades del conocer y las formas de realizarlo. Pero el conocimiento de las formas en que el hombre modifica históricamente, a través de sus relaciones con la naturaleza, las propias relaciones sociales, carecería de contenido si no se pudiese articular con las formas misma del desarrollo social y político (el concepto solo se realiza en su corroboración del objeto). El pensamiento político surge del conocimiento teórico de la realidad social; en otras palabras, la epistemología debe realizarse en varios momentos antes de podérsele exigir respuestas de carácter político (a pesar de que ésta misma surge como respuesta al espíritu de su tiempo). Con todo, la realización del pensamiento político solo es posible en su vínculo directo con la Sociedad Civil propiamente dicha, pero no solo en términos “ideológicos” sino, además, materiales. Este canal entre el conocer y el hacer a través del comprender se realiza en el contenido del concepto “trabajo social”[2]. Cada una de estas disciplinas supone el desarrollo de la otra. Tal vez obedezca al espíritu del tiempo la necesidad de implementar las tres dentro de nuestra alma mater. Sin embargo, insistimos todo el tiempo en colocar una por encima de las demás, o en exigirle a la propia las herramientas de “ésta” o “aquella” sin tener completa claridad en nuestro objeto de estudio y sin desarrollar dichas bases.

Cada teoría del conocimiento implica una nueva lectura de la realidad social que orienta la transformación de la misma. Pero este es solo el “camino de ida”; cada transformación (o revolución, si se ha de colocar en esos términos) requiere de una nueva lectura de la realidad con bases epistemológicas diferentes. Esta es la dialéctica de nuestras disciplinas en la que el llamado a la interdisciplinariedad y, más aun, a la transdisciplinariedad, no es un asunto de formalismos académicos sino un momento necesario en el desarrollo del Espíritu.



[1] Véase, por ejemplo: Hazard, Paul. Crisis De La Conciencia Europea.

[2] Es claro que el papel del Trabajador Social se enfoca en llevar a cabo proyectos de intervención social elaborados fundamentalmente por instituciones vinculadas con órganos políticos.

jueves, 7 de octubre de 2010

jueves, 22 de julio de 2010

LA NUEVA MODALIDAD DEL TRABAJO EN MANIZALES.

Una mirada a la temática de los “Call-Center” como desafío de la competitividad local y la corrosión del carácter individual.

Introducción.

Hasta hace un par de décadas, Manizales hubo de establecerse a nivel nacional como una ciudad con fuerte importancia en el ámbito industrial, y reconocida además como “Ciudad Universitaria”. No obstante, procesos como la Apertura Económica durante el gobierno de Cesar Gaviria Trujillo y la incursión de capitales extranjeros, contribuyeron a que las empresas familiares fortalecidas especialmente a nivel regional tuvieran que abrirse a las nuevas lógicas del mercado o cerrarse en términos de funcionamiento y producción.

Es así pues que, el hecho mismo de que Manizales no constituyera ya un corredor comercial con ciudades principales como Bogotá o Cali se transformaría en un factor de aislamiento dentro del Mercado Interno y la remitiera nuevamente a la exclusividad de centro financiero regional del producto exportador nacional por excelencia: el café; que, entre otras cosas, ha ido perdiendo frente a otros focos regionales como Armenia en el Departamento del Quindío.

El papel de ciudad educadora ha sido otro de los puntos que, si bien fortalecían a Manizales, ha ido perdiendo paulatinamente, de acuerdo con los reportes del DANE, respecto de sus debilidades en calidad educativa básica y superior y la carencia de carreras profesionales y técnicas acordes con las nuevas necesidades referidas a la “división internacional del trabajo” que los esquemas de la Globalización vienen imprimiendo a las naciones latinoamericanas, otrora llamadas del “Tercer Mundo”.

Es así que durante las últimas administraciones municipales[1], y en vista de los altos índices de desempleo (que en 1997 ascendían al 15.5%)[2], Manizales ha optado por constituirse como una ciudad pionera en la contribución de Fuerza de Trabajo para los avances de las nuevas tecnologías de la información y las telecomunicaciones, dando apertura a empresas multinacionales que establecen sus bases en ciudades pequeñas, con mano de obra barata y poco cualificada a fin de incrementar las utilidades que en otros contextos socio-culturales serían invertidos en el trabajo propiamente dicho.

Este martes vendrán a Manizales visitantes de México y España. Del país manito estarán representantes de las empresas Celex y Telcel, y del país ibérico delegados del Grupo Conecta, que pertenece al Banco Santander. Estas personas quieren conocer qué tiene la capital de Caldas en materia de centrales de llamadas. La mira es llegar a la ciudad para abrir más de estos puntos, que en los últimos años vienen siendo foco de generación de empleo. Calculan que en un solo Call Center podrían abrirse 400 unidades de trabajo. Esta visita es producto del viaje que hizo el alcalde Juan Manuel Llano a México hace dos semanas[3].

En estos términos, trabajaremos aquí el papel que juegan hoy los denominados Call Center (Centros de llamadas) en el Mercado laboral manizaleño, sus implicaciones dentro de la calidad laboral de los trabajadores y las nuevas formas de organización del trabajo a la luz de algunos aportes teóricos contemporáneos a la Sociología del Trabajo.

Una aproximación teórica a los desarrollo del concepto de trabajo y flexibilidad laboral.

En las sociedades industrializadas –dice Dominique Meda- ha existido la tendencia a producir mayor número de bienes con cada vez menos mano de obra (lo que se establece para ella como una paradoja fundamental); aun así, el interés general se ha concentrado en la implementación de empleos “rentables”. El problema radica en que las políticas de restauración económica a nivel global se han generado con este objetivo pero han producido el efecto contrario. Dichas políticas insisten en la necesidad de la generación de empleo como un norte fundamental, lo que repercute, bajo su propia lógica, en el incremento de las bajas condiciones de empleabilidad (bajos salarios, informalidad laboral, etc.).

Con todo esto, el interés de los científicos sociales de las últimas décadas se ha centrado en la recomposición del concepto de trabajo que durante muchos años fue el centro de atención de las aproximaciones teóricas a la problemática mencionada a saber: el Trabajo, que durante la segunda mitad del siglo XX fue sustituida por conceptos como empleo que se limitaban a describir las condiciones de inserción de los individuos al mercado laboral. La discusión que justificaba el abordaje del Trabajo como categoría centralmente social versaba precisamente sobre las problemáticas semánticas que implicaba una aproximación teórica a la actividad humana bajo los diversos e incompletos significados de la categoría empleo. No así, el concepto de Trabajo se establece dentro de estas discusiones como la “actividad fundamental del ser humano” (Meda, 1998: p17)[4]. El problema que se empieza a vislumbrar en este punto radica en que los desarrollos teóricos del último siglo ha legitimado de alguna manera el discurso acerca de la esencia antropológica del concepto de Trabajo en tanto se hace aparecer como un elemento central de la “integración social”; lo que, no obstante, es criticado por esta misma corriente teórica en relación con las formas que toma históricamente y las políticas que contribuyen ha generarlas[5]. Así pues, si colocamos en contexto esta primera aproximación teórica veremos que para el caso de Manizales, al igual que para muchas otras ciudades y regiones de Colombia y Latinoamérica, el paso del concepto de Trabajo al de Empleo podríamos comprenderlo en el paso de una economía de consumo a una de mercado (lo cual no es un secreto) que se hace más marcada en ciudades relativamente jóvenes y sujetas por tradición a la economía agrícola.

Ahora bien, si se continúa realizando el análisis del trabajo sin realizar las distinciones anteriores, el mundo moderno parece recaer en la contradicción de suponer el trabajo como integración y colectividad aun cuando continua primando el carácter individualista sustentado en el Derecho laboral y expresado efectivamente en el “contrato”. Sigue rigiéndose bajo la lógica de las decisiones individuales y de la lucha desequilibrada entre el contratante y el contratado (empresario-obrero). Aquí se derrumba por su propio peso –de acuerdo con la autora- el argumento según el cual en la modernidad el trabajo busca la autorrealización del individuo por cuanto “es imposible disociar los ingresos del trabajo realizado” (p. 147). Así, la empresa, que aparecía como el centro de la sociabilidad retorna a su expresión utilitarista: no supone en sí misma un carácter colectivista más allá del trabajo indistinto (trabajo abstracto) para la producción de bienes.

Hacemos pues evidente en este punto, de que forma la transformación radical en las relaciones laborales en menos de una generación[6] han contribuido a generar lo que Richard Sennett denominaría la “corrosión del carácter” de las nuevas generaciones de trabajadores en la ciudad.

Para estos efectos, Sennett analiza estas transformaciones en las estructuras sociales modernas a partir de observaciones de la condición laboral en diversas capas sociales y durante espacios de tiempo intergeneracionales. Así, establece comparaciones entre la estabilidad laboral y la certidumbre social de una “clase obrera” que se caracterizaba por una identificación de clase y status social en relación con su empleo (por unas condiciones de vida optimizadas por las condiciones laborales y por una estabilidad institucional que se veía reflejada en el compromiso y los valores del individuo, su núcleo familiar y su entorno laboral, en otras palabras, por su distinción clara de carácter que será “corroído” en el lapso de una generación por el advenimiento de nuevas tecnologías en el campo laboral. Pero además está el caso de las nuevas lógicas laborales caracterizadas por la necesaria cualificación del trabajo, por su necesaria adecuación a la flexibilidad de las instituciones; en general, por el perfil de incertidumbre que supone la flexibilidad laboral, la impersonalidad de las relaciones, las estructuras de poder mimetizadas en nuevas formas de organización empresarial, etc. todo ello entrando en tensión con el carácter del individuo: con sus estructuras morales y valorativas en un contexto de socialización diferente a la lógica de cambios vertiginosos en todas las esferas sociales.

Una mirada acerca del Mercado Laboral en Colombia.

Si se mira desde una perspectiva general, el denominado “Mercado de trabajo” o “Mercado laboral” corresponde a uno particular en el cual se cambian servicios de trabajo. En este tipo de transacción intervienen dos elementos: el Capital y la Fuerza de trabajo, entendidas en otros términos como empleadores y empleados (al menos en potencia). Este mercado ha estado posibilitado a través de la historia, por la libertad que cuentan los individuos para comprar y vender fuerza de trabajo, y ha sido guiada a su vez por las condiciones de oferta y demanda del mercado. En estos términos podemos ver como un mercado de trabajo está relacionado directamente con las posibilidades que tiene un individuo o grupo de ellos, de acceder a un empleo en determinado espacio y tiempo.

Para su análisis, el concepto de mercado laboral tiene en cuenta elementos como la población económicamente activa, es decir en edad y con intenciones de trabajar y las condiciones de subempleo, entre otras, a fin de mirar el estado y las condiciones del trabajo mismo (salarios, estabilidad, etc.) en su relación con otros mercados.

Bajo esta lógica, el mercado de trabajo se ve constantemente permeado por unas condiciones externas relacionadas con el crecimiento económico tanto a nivel nacional como internacional. Podemos suponer con esto que en la medida en que se establezcan políticas para el fortalecimiento de un modelo de crecimiento económico, o que este se vea fortalecido por un incremento a nivel mundial, esto no necesariamente se traduce en crecimiento en la demanda de fuerza de trabajo y, por consiguiente, de bienestar laboral. Por el contrario, lo que ha reflejado la historia es que tanto los modelos de crecimiento económico fuertes como los que se ven debilitados por las condiciones mismas del mercado se preocupan fundamentalmente por la implementación de nuevas tecnologías que disminuyen la demanda de fuerza de trabajo, los primeros; y por la modificación de las condiciones laborales –en términos de bienestar social- para suplir las deficiencias económicas generales. Esta última es quizás la característica más notable en los mercados laborales latinoamericanos, en los que se muestra la inversión como un modelo de crecimiento “ahorrador de mano de obra”; lo que se traduce necesariamente en unas condiciones laborales precarizadas y en un desarrollo del mercado nacional bastante limitado. Ello sin tener en cuenta sus implicaciones al momento de vincularse al mercado mundial.

En estos términos vemos que el mercado laboral en Colombia se ha visto permeado por altos índices de población económicamente activa que, no obstante, no puede suplir los altos índices de desempleo. Según datos de la Revista Portafolio

De 11,2% fue la tasa de desempleo para junio de 2008, idéntico registro a la de mismo mes de 2007. Al sexto mes del año pasado en el país había 2 millones 150 mil personas sin trabajo, según las cifras divulgadas este jueves por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane). El informe también presenta cifras de desempleo en las 13 principales áreas metropolitanas del país. Asegura que el nivel de desocupación subió de 11,6 por ciento en junio del 2007 a 11,7 por ciento en junio de este año. El Dane también señala que la población de ocupados en esas 13 zonas sumó 8 millones 386 mil personas, lo que significa que en los últimos doce meses se crearon 43 mil empleos en 13 ciudades principales. Según el reporte del organismo estadístico, la cifra total de colombianos con empleo llegó a 17 millones 434 mil personas. Esto indica que en el último año se crearon en Colombia 718 mil empleos, pues al finalizar el mismo mes del 2007 la cifra de ocupados era de 16 millones 716 mil personas. Sin embargo, al tomar como periodo el trimestre abril-junio, la cifra de empleo apenas tiene un ínfima diferencia. Se ubicó en 11,1 por ciento en el 2008, frente a 11,2 por ciento del mismo periodo del 2007. Otros indicadores que aumentaron en el trimestre para las 13 ciudades principales fueron el número de colombianos ocupados (0,5 por ciento); desocupados (1,6 por ciento) e inactivos (3,9 por ciento). Por su parte, descendió el subempleo subjetivo (18,2 por ciento) y el subempleo objetivo (8,6 por ciento). La mayor tasa de desempleo se presentó en Ibagué (19, 9 por ciento), seguido por Manizales (15, 5 por ciento) y Medellín (14, 5 por ciento). Cúcuta figura como la ciudad de menor índice de desempleo, con 9,3 por ciento[7].

Con lo que vemos que no solo el país ha presentado durante los dos últimos años altas tasas de desempleo sino que Manizales ha estado dentro de las ciudades que encabezan dichas listas. De aquí podríamos intuir la necesidad por parte de la administración de Juan Manuel Llano de suplir las necesidades laborales de la población económicamente activa joven con empleos temporales proveídos por capitales extranjeros que buscan sedes en ciudades como Manizales:

Manizales le apuesta duro a los 'call center'; Alcaldía espera que sector genere unos 8.000 empleos para 2011. La decisión del gobierno de Manizales de incursionar en 2007 en el negocio de call center para impactar las cifras de desempleo e impulsar la economía local, empieza a arrojar resultados favorables. José Manuel Cardona, gerente general del call center People Contact, no duda en señalar que el desarrollo de esta estrategia ha sido fundamental para que la capital caldense redujera su tasa de desempleo del 15,4 por ciento, registrado en enero del 2008, al 13,9 por ciento observado en julio de este año, es decir, que pasó de ser la segunda ciudad con mayor porcentaje de desempleados al sexto lugar. Esta industria ya emplea en Manizales a 3.200 personas y la admnistración espera elevar esta cifra a 8.000 trabajadores para el 2011. Hay que señalar que buena parte del interés del gobierno local por esta actividad se debe a que antes de llegar al primer cargo de la ciudad, el alcalde Juan Manuel Llano se desempeñó como gerente de la Empresa de Telecomunicaciones de Manizales (Emtelsa).

Sin embargo el tema de los empleos temporales representa otra problemática en relación con la calidad y la estabilidad laboral de quienes acceden a él. Para los Call Center ubicados en Manizales la empresa encargada de realizar las contrataciones en ETC (Empleos Temporales de Caldas), compañía considerada dentro del sistema de Bolsas de empleo que se encargan de organizar un banco de datos de empleados potenciales que son contratados por máximo seis meses y quienes nunca están en contacto con los jefes de la Empresa propiamente dicha en que laboran. Esta modalidad de trabajo supone para los trabajadores no solo problemas de salud mental en el trabajo (Schvarstein) en cuanto no se reconocen en un trabajo que no los compromete moralmente con la empresa (alienación) sino que las relaciones laborales se vuelven cada vez más impersonales e indirectas, generando problemas de identidad colectiva a través de un trabajo no solo flexible sino inestable (Sennett) como veremos a continuación.

Miremos entonces como se ve reflejado este fenómeno en los denominados Call-Center implementados en la ciudad de Manizales durante los últimos dos años.

La lógica de trabajo en los Call-Center.

Siempre que se habla de un Call Center, nos referimos a centros de Atención de llamadas, compañías que disponen de una serie de personas que se dedican a atender llamadas o a realizar llamadas o incluso ambas tareas, el fin de estas llamadas puede ser con diversos objetivos como por ejemplo, departamentos de atención a clientes, atención a reclamaciones, asistencias y soportes técnicos, departamentos que hacen encuestas, empresas de telemarketing, etc. Estas personas que hacen llamadas o atienden llamadas son los llamados Agentes del Call Center.

Para estas empresas en concreto es muy importante conocer datos de la calidad y la cantidad de llamadas efectuadas o atendidas, la razón es muy sencilla, el principal negocio de estas empresas se centra en la realización y recepción de llamadas con lo cual el control de la información que hace referencia a las llamadas es de vital importancia para valorar el negocio y beneficio de estas compañías.

En esta información se valoran datos de las llamadas y de los agentes, numero de llamadas recibidas, número de llamadas realizadas, duración de las llamadas, tiempos medios, tiempos de respuesta, disponibilidad de agentes, etc. Con todos estos datos se puede conocer si se esta realizando bien o no el trabajo y cuales son los puntos críticos en el caso de que los haya[8].

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En cuanto al trabajo propiamente dicho, los Call Center están compuestos por amplias salas divididas en pequeños cubículos que cuentan con el espacio suficiente para que quepa una persona con su ordenador y los implementos exclusivamente necesarios para desarrollar su trabajo. La jornada de trabajo se desarrolla en ocho horas seguidas interrumpidas por una hora de descanso que se alterna en varios grupos de trabajadores y a diferentes horas; de manera que ni durante el horario de trabajo cuya actividad se limita al contacto telefónico con los clientes más no con los compañeros, ni en el horario de descanso podríamos decir que se establecen en esta forma de trabajo algún tipo de relación social ajena a las tareas laborales propiamente dichas que puedan generar identidad colectiva o cultura del trabajo construida sin presión de las esferas de poder al interior de la empresa.

Cabe en este punto una particularidad que entraría a discutir con la aproximación teórica de R. Sennett cuando habla de la especialización constante de los individuos para poder ejercer dentro del campo laboral de las nuevas tecnologías; y es que, para las empresas de telecomunicaciones establecidas en Manizales, lo importante de la fuerza de trabajo que reclutan tiene que ver con la poca cualificación laboral que les permita retribuir salarios más bajos y aprovechar incluso las capacitaciones de los trabajadores, quienes usualmente son jóvenes sin estudios superiores y algunas empresas –de acuerdo con declaraciones de una joven entrevistada- se empeñan en negar el puesto a personas calificadas laboralmente arguyendo empleabilidad para “personas necesitadas, madres cabeza de hogar, etc.”.

El Eje Cafetero resulta ser para las empresas que ofrecen este servicio un territorio atractivo por dos razones: mano de obra de calidad y barata y baja rotación de personal. En Pereira la también firma española Telemark, bajo el régimen de zona franca, instaló un centro de operaciones de este tipo donde genera 400 puestos de trabajo. Las empresas españolas especializadas en los servicios de call center miran a países emergentes como Colombia, porque hay mano de obra disponible dispuesta a hacer los trabajos que, por ejemplo, los españoles en su país no hacen, consideran los directivos.

Como decíamos, la contratación así como el pago de pensiones y el salario son canalizados por la Bolsa de empleos (para el caso, ETC.) Lo que supone una reducción considerable de los mismos. Después de determinado tiempo –alrededor de un año- se hace una selección de los trabajadores que pasan a hacer parte de la nómina directa de la empresa en cuestión.

Además de esto, las compañías de telecomunicaciones internacionales están asociadas con compañías de capital primordialmente local que crean alianzas estratégicas que le permite a los inversionistas extranjeros reducir costos de arancel en el ingreso de tecnologías al país y a los inversionistas locales mejores ganancias e inversión.

Para lograr las metas, People Contact ha incursionado en un novedoso modelo de negocios que consiste en asociarse con call center internacionales para que traigan sus operaciones a Manizales. Por cuenta de este modelo, compañías como la española Digitex ya genera más de 2.400 empleos en la ciudad. Como si lo anterior fuera poco, People Contact trabaja de la mano de otras firmas internacionales en la constitución de zonas francas uniempresariales dedicadas al negocio de call center. Precisamente, este diario visitó la semana pasada la sede del primer call center que operará en Manizales bajo esta figura y que empleará inicialmente a 750 personas y a 2.000 en el mediano plazo. Gracias al modelo de zona franca uniempresarial, los inversionistas reciben un incentivo de arancel cero para importar tecnología de punta y descuentos de hasta el 15 por ciento en el impuesto de renta. Fuera de las alianzas, explicó Cardona, Manizales está explotando el hecho de que contratar un call center en una ciudad como Bogotá puede resultar hasta 35 por ciento más costoso para los empresarios. Agregó que el nivel de rotación de los centros de atención telefónica en la capital es del 15 por ciento del personal, mientras que en Manizales esta cifra es del 1 por ciento[9].

¿Corrosión del carácter?

Con todo lo anterior, si bien es cierto que estadísticamente las tasas de desempleo en Manizales han tendido a disminuir durante el presente año, los empleos temporales suponen un problema más profundo que va desde precariedad en las formas de contratación, retorno al alza de las tasas de empleo en rangos semestrales, etc. Hasta problemas de extrañamiento del trabajo por parte de los mismos trabajadores, acercándonos a lo que Sennett denomina la “corrosión del carácter” en tanto en cuanto las generaciones jóvenes que hoy empiezan a hacer parte de estas nuevas modalidades de empleo en los Call Center los podemos asociar temporal y generacionalmente con los hijos y nietos de personas pensionadas de empresas de carácter paternalista y proveedoras de estabilidad laboral como lo mencionábamos más arriba (Empresas Públicas de Manizales, UNICA S.A, ETC.).

Son jóvenes que veían en los empleos de bajo rango (obreros, por ejemplo) la posibilidad de “mantener una familia al igual que lo hicieron sus padres”. De allí que muchos hogares de las clases populares de Manizales opten aun por los estudios técnicos en instituciones como el SENA menos que por carreras profesionales. No obstante, el mercado laboral actual en Manizales solo ofrece como efectivamente lo vemos empleos de carácter temporal y con condiciones mucho más adversas que las presentadas por generaciones anteriores aun con empleos de “baja categoría”.

Conclusiones.

Si bien, la pregunta que surge en este punto es ¿de qué forma puede insertarse competitivamente en el mercado global, un país que no pertenece a los “más adelantados” tecnológicamente”? Coriat afirma que el fortalecimiento de las dinámicas competitivas en el mercado interno para el consumo fortalecen paulatinamente la exportación con costes de producción más bajos lo que lo hace representativo frente a otros en el mercado global si se acompaña de de savoir faire especializado. Sin embargo la búsqueda que realizan las actuales administraciones municipales para colocar a Manizales dentro de los rangos mínimos de competitividad a nivel mundial en términos de nuevas tecnologías de la información, no contribuyen con un savoir faire especializado ni mucho menos propio. A lo más que puede apuntar la industria de los Call Center en la ciudad es 1) a mitigar las tasas de desempleo locales semestralmente y 2) a contribuir con mano de obra no calificada y mal pagada a la millonaria industria de las telecomunicaciones a nivel mundial.

Ahora bien, si miramos la problemática en términos de encontrar una ética del trabajo en este contexto veremos que, aunque el advenimiento de la sociedad industrializada suponía una gran demanda de mano de obra que era preciso reunir bajo un mismo techo y bajo una lógica diferente a la producción artesanal del saber individual y el desperdicio del tiempo. La ética del trabajo suponía pues una interiorización de valores que modificaran, primero la perspectiva individualista del saber artesanal y segundo, el ocio deliberado de la gran cantidad de individuos que se dedicaban a la mendicidad. Aun así, los seguidores de la ética del trabajo consideraban que no se trataba solamente de una interiorización de valores sino de una fuerza coercitiva de hecho que, bajo diferentes métodos, obligara a los individuos a ver en el trabajo asalariado de las nuevas empresas una alternativa sin alternativa respecto de otras formas de vida: se trataba de subsumir la devoción por el saber artesanal y la vocación tradicional a las demandas del patrón y a la lógica de la división del trabajo (Bauman). No obstante, encontrar una ética del trabajo propia de las formas laborales en que se organizan hoy día los denominados Call Center nos llevaría a pensar que, si bien, la interiorización de unos valores específicos que adecuen el carácter del trabajador a la lógica de su trabajo son deliberados e impuesto, a diferencia de los orígenes de la sociedad industrial el trabajo de los Call Center tiende cada vez a la inculcación de una ética individualista que aísla al individuo de su entorno social-laboral y le exige que este proceso solo permanezca durante el tiempo que dure su contrato. (Sennett: corrosión del carácter y flexibilidad laboral constante); y contribuye además a que este esquema de trabajo se reproduzca en la ciudad por cuanto la mano de obra barata y no cualificada se “especializa” en este tipo de trabajo y tiende a permanecer en el por cuanto su estructura social solo le habilita dichas oportunidades laborales.

Según el gerente de People Contact, José Manuel Cardona, en caso de que el Concejo apruebe los recursos, más otros 6.000 millones que se tienen previstos se invertirán en un nuevo punto de 650 estaciones de trabajo. “Si el cronograma sale como lo tenemos previsto esperamos empezar en enero de 2010. Con estos puntos adicionales, People Contact queda con 3.800 estaciones incluidas las ubicadas en Bogotá” agregó el directivo, quien señaló que para el próximo año la industria de los centros de contactos generará en Manizales 5.500 empleos directos. La proyección de ventas de la firma para el presente año espera una facturación de 23.000 millones de pesos (Op cit.).



[1] Especialmente la del Doctor Juan Manuel Llano, quien –a propósito- se desempeñaba anteriormente como gerente de la Empresa de telecomunicaciones local EMTELSA.

[2] Revista Portafolio, 1997.

[4] MEDA, Dominique. El trabajo, Un valor en peligro de extinción. Gedisa Edit. Barcelona, 1998.

[5] En los términos arriba concluidos, la autora alude a cuatro posibilidades por las cuales el trabajo podría considerarse como un elemento fundamental del vínculo social: 1) porque permite el aprendizaje y la identidad social; 2) corresponde a la “medida de los intercambios sociales”; 3) posibilita la denominada utilidad social; y, 4) es un espacio de encuentros sociales ajenos a las bases sociales como la familia. No obstante argumenta Meda, sería posible colocar en entredicho la afirmación generalmente compartida por la teoría del siglo XX que coloca al trabajo como único factor posibilitador de la integración social, y cuya herencia viene de la Economía Política clásica y su restricción del concepto trabajo al entorno exclusivo de la producción. Allí radica precisamente su ambigüedad.

[6] Hasta hace un par de décadas las empresas pioneras en empleos para las familias manizalita eran Telecom, Empresas Públicas de Manizales, CHEC y la Fábrica de Tejidos e Hilados UNICA. Todas ellas le brindaban a sus trabajadores una estabilidad laboral propia del Estado benefactor de finales de siglo que se vio suplido por las dinámicas del mercado mundial, la globalización y el denominado Neo-liberalismo.